Acerca del hombre egoísta





Si has entrado en mi blog te habrá sorprendido su nombre. Si has leído mi primer post "Ebenezer Scrooge" sabrás el motivo de ello. Si no, ahora mismo te lo explico:
Cuentan que Charles Dickens mientras paseaba por el cementerio de Canongate Kirkyard en Edimburgo, observó una  lápida con la siguiente incripción: "Ebenezer Lennox Scroggie,  Meal man”, lo cuál podemos traducir como comerciante de harina. Dickens, que padecía una leve dislexia, creyó leer  “Mean man”, que podemos traducir como el hombre egoísta. 


Esta tumba le sirvió de inspiración para crear  su archiconocido personaje Ebenezer Scrooge, protagonista de Cuento de Navidad .
Seguro que todos hemos visto la película y algunos menos hemos leído el libro, donde se nos presenta a Scrooge como un señor avaro, tacaño, frío al que hay que despreciar. Yo siempre le vi, como un ejemplo a seguir. Un hombre que mediante el sacrificio y el ahorro, consiguió un capital para vivir de él.  Su dinero trabajaba para él y él no necesitaba trabajar. Lo que dicho en términos actuales, había conseguido la independencia financiera. No era popular, ni tenía el reconocimiento de la gente, sino más bien todo lo contrario, ¿sería por envidia?

Yo también la quiero conseguir, estoy harto de madrugar cada mañana y volver a casa deslomado por la noche. Cada día, cada hora, cada minuto que pasa nunca volverá, el tiempo pasa y no se puede recuperar, y vida sólo hay una.

Aquí os dejo una inspiradora frase de Félix Rodríguez de la Fuente:

“Cuando ya había acabado mi carrera de medicina y mi especialidad de estomatólogo, y mi familia se las prometía muy felices pensando que iban a tener un hijo con bata blanca y con un cartel de dentista en una calle de Madrid, pues de pronto me dije que me iba a dedicar a las cosas de la naturaleza porque siempre he sido un soñador”.







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