Aristócratas del dividendo (segunda parte)

Me gusta empiezar mis posts contando una historia curiosa que intento relacionar con el contenido del mismo. Hoy os voy a contar una que os dejará con la boca abierta. Normalmente las resumo al máximo, aunque en la de  hoy me voy a extender, ya que poco más tengo que comentar sobre lo dicho en los anteriores artículos con screeners: Los Reyes del Dividendo y Aristócratas del Dividendo. Como bien sabéis, Estados Unidos desde su fundación ha sido una república, pero lo que no sabíais es que ha tenido un "emperador".

Aristócratas del dividendo

Todos hemos oído hablar de "El conde de Montecristo", la maravillosa novela escrita por Alejandro Dumas (padre). Aunque no haya pasado el libro por nuestras manos, seguro que hemos visto alguna de las mil y una versiones que hay de él entre películas y series. Recuerdo con gran entusiasmo la miniserie que protagonizó Gérard Depardieu allá por 1998, y es que ¡cómo pasa el tiempo!. El protagonista, Edmond Dantés, acusado falsamente por sus propios amigos, de ser un agente bonapartista es encarcelado en el castillo de If. Tras catorce años de cautiverio logra escapar, llevando consigo el secreto de un compañero de cautiverio:la ubicación de un enorme tesoro enterrado en la isla de Montecristo, de la cuál tomará su nombre para fabricar su título nobiliario, parte de una identidad falsa para vengarse de sus amigos de juventud.

Los Reyes del Dividendo

En la imagen del post de hoy aparece el rey Alfonso IV " el monje".

Fue rey de León entre el 926 y el 931 d.C, fecha en la que abdicó después del fallecimiento de su esposa, para ingresar en una orden monástica. Poco después se arrepintió de su abdicación e intentó recuperar el trono que había ocupado su hermano. Derrotado por éste, fue castigado a perder la visión y fue recluido en otro monasterio hasta su muerte 2 años después.

Pero hoy os traigo otros reyes, con un reinado más próspero y extenso. Unos reyes que reinan desde hace más de 50 años con mano de hierro, aumentando año a año consecutivamente la retribución a sus accionistas. Dicen que rentabilidades pasadas no garantizan las futuras y es verdad, pero estas empresas han superado crisis, recesiones,periodos de guerra, inflación y diferentes tasas de tipos de interés. Esto nos tiene que dar un plus de tranquilidad, son empresas para comprar, olvidarse de ellas e ir cobrando dividendos, manteniéndolas toda la vida. Su cotización está cara, muy caras, y siempre lo van a estar si siguen con su marcha como hasta ahora. Es normal todo el mundo quiere tener lo mejor de lo mejor en su cartera.¿Merece la pena comprarlas ahora?. Pues no lo sé, el dólar también está caro. puede que merezca la pena esperar un poquito a ver si llega alguna corrección, de todas formas la cotización de estas empresas tiene menor volatilidad que la media del mercado. Si las compramos hoy, probablemente dentro de 10 años vamos a estar contentísimos de haberlo hecho.



Este ha sido el primer post de un colección de ellos, donde voy a compartir unos screeners con las mejores empresas ,a lo largo de todo del mundo, a la hora de repartir y aumentar su dividendo . Lo he realizado con Google Sheets y los datos están importados de Google Finance. He partido desde cero y he tenido la ayuda inestimable de mi novia que aunque no sabe nada de bolsa pone todo su corazón en todo lo que hace. A mi me resulta muy útil ya que de un plumazo puedo mirar la cotización de todas.Antes tenía que ir mirándolas una a una en Investing. Debo advertir que la finalidad de esta hoja es meramente orientativa, para ver si una empresa nos gusta a primera vista. Después tendríamos que investigar más a fondo ya que los datos que aparecen en esta hoja podrían no ser del todo correctos.




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Sermón de Semana Santa

Semana Santa, tiempo de silencio, de introspección,

de meditación, de oración o así al menos debería ser. Nosotros, los amantes de la bolsa, sin embargo, siempre tenemos nuestra pasión en la mente, siempre hay para leer un nuevo artículo en un blog, un nuevo comentario en un foro, un libro que ha caído en nuestras manos o echar un ojo a una empresa que nos gusta. Hoy voy a tratar de unir en este post, dos mundos tan distintos como son la religión y la bolsa, pero que a mi juicio tienen un punto clave en común que es el domino de uno mismo.


Invertir en bolsa, en mi opinión, es una cosa que todo el mundo debería haber hacer, no como medio  de generar un sistema de rentas, sino como una experiencia personal  de lo más enriquecedora. Mil y un demonios aparecen en nuestra mente cuando compramos una acción (miedos, dudas, arrepentimientos, impaciencia), no digamos ya cuando vemos que el mercado se desploma o alguna de nuestras acciones se dispara. Emociones que normalmente no sientes a diario recorren todo tu cuerpo, a las que tienes que hacer frente si no quieres que ellas tomen el control de tu cerebro y de tus inversiones. Aprender a controlar estas emociones, nos ayudará a madurar en el terreno personal y posteriormente podremos aplicarlo a otros ámbitos de nuestra vida.


Según la tradición cristiana son siete los pecados capitales: lujuria, gula, envidia, avaricia, ira, pereza y soberbia. Podemos decir que los pecados capitales del inversor son los 5 últimos:

-Envidia: el pecado de los españoles.Aunque en este mundillo de blogs y foros apenas lo he visto.Lo personalmente sí que me ha perjudicó en mi operativa cuando empecé en este mundo, era el deseo que tenía de batir al mercado.

Esto me daba un stress adicional, que me hacía cometer más errores. Ahora me dedico a crear un sistema de rentas mediante la compra de acciones de buenas compañías, no miro cuanto vale mi cartera, porque no la voy a vender. Hoy puede valer 10, dentro de un mes valdrá 8. Me da igual.
-Avaricia: nuestros deseos de ganar mucho dinero en poco tiempo nos van a volver a jugar malas pasadas. En vez de comprar empresas sólidas y contentarnos con un dividendo bajo pero creciente, compramos otro tipo de empresas para especular. Las consecuencias no suelen ser buenas.
-Pereza: muchas veces compramos acciones de una empresa, sin saber lo más mínimo sobre ella. Me lo ha recomendado un conocido... , tengo una corazonada.... , lo recomienda tal casa de análisis ...... .
-Ira: lo podemos aplicar en el sentido general a perder los nervios, ya sea en momentos de euforia como por momento de pánico.
-Soberbia: encadenar una buena racha puede hacernos creer que estamos por encima del mercado y por encima de nuestras propias capacidades. Recordemos que somos pececilllos en un mar de tiburones, estamos compitiendo contra los mejores del mundo y nosotros somos simples aficionados.



Para luchar contra estos "pecados" tenemos a nuestra disposición tres virtudes teologales (fe, esperanza y caridad) y cuatro cardinales (prudencia, justicia, templanza y fortaleza) que podemos decir que son las siete virtudes del inversor.

-Fe: creer en aquello que no hemos visto con nuestros propios ojos. No creo que nadie de nosotros conozca personalmente a alguien que haya alcanzado la independencia financiera. Leemos sus blogs o sus comentarios en foros y nos fiamos de su palabra, de sus consejos, de su experiencia.
-Esperanza: confiamos en lograr la independencia financiera, dejar de trabajar, tener todo el tiempo del mundo para nosotros.

Largo y difícil es el camino, debemos tener estos objetivos presentes para que nos insuflen ánimos en los malos momentos.
-Caridad: leer las experiencias, los errores y aciertos de otras personas es terriblemente enriquecedor. Realizar nuestras aportaciones ayudará al que viene detrás.
-Prudencia: nadie da duros a cuatro pesetas. Debemos huir de aquellas inversiones que nos presentan como seguras y ofrecen una alta rentabilidad.
-Justicia: es definida por la doctrina cristiana como:" una virtud cuya práctica establece que se ha de dar al prójimo lo que es debido, con equidad respecto a los individuos y al bien común". Podemos interpretarlo como la obligación de tributar por nuestros dividendos y nuestras plusvalías en la compra/venta de acciones. Aunque ya sabéis mi opinión sobre que los dividendos no deberían estar gravados, ya que las empresas ya pagan el impuesto de sociedades y de este modo a los dueños de la empresa (accionistas) se nos está grabando dos veces por lo mismo. Más información en mi artículo Divide et Impera .
-Templanza y fortaleza: constancia y perseverancia en nuestra estrategia, firmeza en momentos de caída, no ir detrás de una acción en el momento que repunta, control de los nervios....

Desde aquí me gustaría desearos a todos que paséis unos días muy agradables en compañía de familiares y amigos. Nos vemos a la vuelta.

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Los muertos de mi armario

En el cuento de Barba azul, se nos narra cómo el protagonista guardaba los cadáveres de sus mujeres, a las que había degollado en una habitación de su castillo, la cuál, cómo no podría ser de otra manera, mantenía cerrada con llave. Yo también tengo "dos fiambres" en mi armario,

huelen mal, apestan a podrido, les tenía bien cerraditos con llave hasta ahora, por miedo a que alguien me descubriera. Allí están, esperando a que se produzca un milagro y revivan aunque sea por ratito, el tiempo suficiente para que se vayan por su propio pie y no volverlos a ver nunca más. Hoy he decidido confesar, sacar a la luz pública mis trapos sucios. Si prácticamente todo el mundo en su vida personal ha tenido un muerto en su armario, un error del que se avergüenza, del que no quiere que nadie se entere, si hablamos de bolsa los muertos en el armario se multiplican exponencialmente. Todos hemos metido la pata en mayor o menos medida, lo importante es quedarse con la lección, una lección que por lo menos a mí me ha salido muy cara. En bolsa no te puedes hacer rico de un día para otro, ni siquiera de un año para otro. Si lo intentas probablemente perderás hasta la camisa. Alguien lo habrá conseguido, pero será uno entre diez mil,quizás entre un millón. Hay que comprar empresas de calidad, empresas que año tras año aumenten dividendo, ser constantes y pacientes, seguir comprando, y el tiempo por sí solo hará su trabajo.

Divide et Impera

Divide y vencerás", o también traducido como divide y reina. Podemos decir que esta frase resume la estrategia que usó la antigua Roma para administrar sus conquistas, primero en la península itálica, posteriormente en todo el Mediterráneo. A medida que iban conquistando ciudades y territorios, establecían tratados de paz con diferentes condiciones con los vencidos: a los habitantes de unas ciudades se les otorgaba la ciudadanía romana, a otras ciudades se las daba autonomía plena, a otras ninguna, creándose un sistema de competencia entre ellas donde la lealtad era recompensada. De esta forma, Roma establecía un sistema que propiciaba la rivalidad entre los territorios conquistados, evitando su unión contra su enemigo común que era Roma.